Competencia justa y cooperación mutuamente beneficiosa, las claves de las empresas españolas en China
NANJING, 23 sep (Xinhua) — “Ser competitivo en China te hace competitivo a nivel mundial”, afirma Alberto de Sarasqueta Lorenzo, director general para la región china de Fagor Arrasate, un reconocido fabricante de equipos de conformado y corte de láminas de metal, con sede en Mondragón, en el norte de España. De Sarasqueta hizo estas declaraciones durante la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a un parque industrial en la ciudad de Kunshan, en la provincia oriental china de Jiangsu, una de las paradas de su reciente visita oficial a China. Fagor Metalforming Machine Tool (Kunshan) es una subsidiaria en China de Fagor Arrasate. En 2006, con el auge de la industria automotriz y de equipos industriales en China, el negocio de la empresa experimentó un rápido crecimiento. Los buenos resultados convencieron a la compañía española de abrir una subsidiaria en la ciudad de Kunshan. Desde entonces, el ensamblaje de direcciones de aluminio para automóviles, su producto principal, ha logrado constantes avances en el campo de la reducción de peso. La capacidad de producción actual de Fagor Metalforming Machine Tool (Kunshan) es de aproximadamente dos millones de unidades al año, y las ventas han aumentado 18,2 veces en comparación con 13 años atrás. La elección de Kunshan obedece a las claras ventajas de su base manufacturera. Además, la ciudad está cerca de Shanghai y mantiene una estrecha colaboración con los proveedores de la cadena de suministro en el delta del río Yangtse. “El 95 por ciento de nuestro suministro proviene de empresas locales en las provincias de Jiangsu y Zhejiang”, apunta Liu Yan, directora de recursos humanos y administración de Fagor Metalforming Machine Tool (Kunshan). Los ingresos totales de la empresa en 2023 alcanzaron 240 millones de yuanes (aproximadamente 33,8 millones de dólares), y en la primera mitad de este año llegaron a 220 millones de yuanes (aproximadamente 31 millones de dólares), de acuerdo con Liu. Yang Yi, director general de Fagor Ederlan Auto Parts (Kunshan), otro miembro de Fagor Arrasate, considera que una de las razones más importantes para que todas las empresas extranjeras inviertan y se desarrollen en China es la sólida cadena de suministro del país asiático. El mercado chino proporciona abundantes materias primas, equipos y herramientas, lo que hace que sus productos sean más competitivos en el mercado, argumenta Yang. Desde el año pasado, Fagor Ederlan Auto Parts (Kunshan) ha invertido cerca de 10 millones de yuanes (aproximadamente 1,4 millones de dólares) para trasformar sus instalaciones en Kunshan de una fabricación tradicional a una empresa de investigación y desarrollo. “Este año, en lugar de replicar las soluciones tecnológicas de la sede europea del grupo, estamos colaborando con proveedores locales chinos para diseñar líneas de producción más eficientes”, explica Yang a Xinhua. El año pasado, la compañía estableció un centro de investigación y desarrollo en China, con el fin de responder rápidamente a las demandas de los clientes locales del sector automotor, añade. Numerosas empresas extranjeras consideran que el mercado chino tiene una gran vitalidad y es altamente competitivo, además de que cuenta con una amplia variedad de industrias y una rápida actualización de productos. Para dichas firmas, China no solo representa las oportunidades de un vasto mercado, sino que también ayuda a mejorar de forma constante su competitividad, creciendo junto con las empresas chinas. Como una de las industrias emergentes en China, el sector de los vehículos de nueva energía integra nuevas tecnologías en campos como la energía, los materiales, la información y la fabricación de maquinaria, lo que promueve el desarrollo coordinado y conjunto de toda la cadena industrial. Según datos de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China, la proporción de producción y ventas de vehículos de nueva energía en China supera el 60 por ciento del total mundial y el país asiático se ha mantenido en el primer lugar global durante nueve años consecutivos. En la primera mitad de este año, las ventas de vehículos de nueva energía en China alcanzaron 4,929 millones de unidades, materializando un aumento del 32 por ciento en comparación con el mismo período de 2023. Son varias las empresas españolas que están integrándose activamente en el nuevo panorama de la industria automotriz y están experimentando un rápido desarrollo en la fuerte competencia con proveedores locales en China. Desde su entrada en el mercado chino, en 2006, con una constante innovación tecnológica, BATZ Automotive Systems (Kunshan), se ha convertido en proveedor de importantes empresas automotrices como SAIC y Tesla, y su cuota en el mercado chino de los sistemas de frenos y pedales alcanza el 20 por ciento. Según Luis Fernández, director general de BATZ Automotive Systems (Kunshan), la compañía está llevando a cabo proyectos de investigación y desarrollo en colaboración con empresas chinas de vehículos eléctricos, con el objetivo de crear productos más energéticamente eficientes, respetuosos con el medio ambiente y competitivos en precio. “El mundo necesita cooperación en lugar de lucha. Debemos trabajar conjuntamente para lograr un desarrollo de beneficio mutuo a través de la complementación tecnológica y la competencia justa”, afirma Fernández. Muchas empresas extranjeras no se identifican con la idea de un supuesto “desacoplamiento” con China, y piensan que contrasta radicalmente con las crecientes actividades comerciales y la experiencia real de las compañías multinacionales en el país asiático. Los datos y ejemplos demuestran que las empresas españolas están abrazando activamente el mercado chino. Según estadísticas de las aduanas chinas, el volumen total del comercio entre China y España creció de 37.900 millones de dólares en 2020 a 48.600 millones en 2023, para un incremento del 28,23 por ciento. En la actualidad, China es el mayor socio comercial de España fuera de la Unión Europea. Alberto de Sarasqueta Lorenzo considera que un escenario de guerra comercial no beneficia a nadie y los bloqueos solo reducirán la eficiencia de la cadena de suministro. “La clave está en cómo construir una relación comercial mutuamente beneficiosa, y creo que al final se traduce en ‘armonía’ o ‘equilibrio’, un objetivo por el que los chinos han venido trabajando durante miles de años”, afirma De Sarasqueta. Fin