Titulares de Xinhua: ¿Qué importancia tiene un remoto observatorio chino para el cambio climático global?
XINING, 30 sep (Xinhua) — El clima extremo está empeorando en todo el mundo: El supertifón Yagi azotó este mes el sur de China y Vietnam, cobrando numerosas vidas y causando estragos; inundaciones devastadoras azotaron Bangladesh; Europa acaba de vivir el verano más caluroso de su historia. El aumento de los fenómenos meteorológicos extremos ha puesto de manifiesto la urgencia de comprender y concienciar sobre el cambio climático mundial. Con el Taller Internacional sobre Gases de Efecto Invernadero y Cambio Climático que se celebró en la provincia noroccidental china de Qinghai a inicios de este mes, el papel de los observatorios de fondo atmosférico en la comprensión del cambio climático se convirtió en el centro de atención. La cita también sirvió para conmemorar el 30º aniversario del Observatorio de Referencia de Waliguan de China. La instalación, situada a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar en la meseta Qinghai-Xizang, entró en funcionamiento en 1994. Es, con mucho, el observatorio más alto de este tipo en el mundo, y el único en China de carácter global, aparte de los siete observatorios regionales de fondo atmosférico que el país ya ha establecido. La observación del fondo atmosférico se refiere a la observación a largo plazo, desde un punto fijo, de componentes atmosféricos completamente mezclados y libres de contaminación local, en áreas alejadas de las actividades humanas. La probabilidad de que los datos generados a partir de tales observaciones revelen las verdaderas condiciones atmosféricas y su composición es mayor. HACIENDO SEGUIMIENTO AL CAMBIO CLIMÁTICO La meseta Qinghai-Xizang, conocida como el “techo del mundo”, es una de las regiones más sensibles al cambio climático. Su presencia ha causado cambios en la circulación atmosférica, ejerciendo así un impacto sobre el cambio climático regional y global. Su existencia también evita la desertificación en el este y el sur de Asia, contrario a lo que se observa en regiones como el norte de África y Asia Central. El 17 de septiembre de 1994 se inauguró el Observatorio de Referencia de Waliguan, en la cima del monte del mismo nombre, en la meseta Qinghai-Xizang. Previamente, China, Estados Unidos y la Organización Meteorológica Mundial (WMO, siglas en inglés) habían llevado a cabo diálogos y firmaron un acuerdo de cooperación para establecer un observatorio de fondo atmosférico en el oeste de China. “Yo estaba pasando parte de mi tiempo sabático en la WMO, ayudando al Programa de Vigilancia de la Atmósfera Global (GAW, siglas en inglés) con varios proyectos, en el momento en que se estaba planificando y estableciendo el monte Waliguan como una estación global”, relató Gregory R. Carmichael, presidente del comité científico directivo del GAW, al tiempo que manifestó su regocijo por la oportunidad de visitar el monte Waliguan 30 años después. “El monte Waliguan es un lugar especialmente importante, ya que es capaz de monitorizar los cambios en la composición atmosférica en toda Asia”, añadió. Michael S. Christensen, embajador de Dinamarca en China, señaló que suministrar datos a las organizaciones chinas e internacionales durante tres décadas desde la estación más alta del mundo para vigilar el ozono y los gases de efecto invernadero “no es un logro pequeño”. En el observatorio de Waliguan, los investigadores han trazado una “curva de dióxido de carbono”, también conocida como la “curva de Waliguan”, según los datos de seguimiento de la concentración de dióxido de carbono del observatorio a lo largo de estos tres decenios. Los datos de seguimiento del observatorio de Waliguan han proporcionado una referencia importante para los seis informes de evaluación publicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés) de las Naciones Unidas, de acuerdo con Zhang Peng, director general del Centro de Observación Meteorológica de la Administración Meteorológica de China (CMA, siglas en inglés). Las curvas de dióxido de carbono, trazadas con los datos de observación producidos tanto por el Observatorio de Referencia de Waliguan como por el Observatorio de Mauna Loa, en Hawai, dan testimonio del impacto de las actividades humanas en el cambio climático global, agregó Zhang. Lamentablemente, la “curva de Waliguan” ha experimentado una tendencia al alza a lo largo de las últimas tres décadas, con la concentración atmosférica de dióxido de carbono aumentando hasta 419,3 ppm (partes por millón) en 2022. Paolo Laj, director del GAW, manifestó que si no hay esfuerzos decididos por parte de todos los países para reducir las emisiones, las temperaturas globales subirán en 1,5 grados Celsius, lo que resultará “extremadamente problemático” para muchas sociedades. “Observamos que la composición (de la atmósfera) está cambiando, en particular el aumento de la composición de CO2 y los gases de efecto invernadero. Así es como sabemos que hasta ahora no hemos hecho lo suficiente, y en particular los países más desarrollados no han hecho lo suficiente para reducir sus emisiones”, añadió Laj. LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO China siempre ha sido un participante activo en la lucha contra el cambio climático, especialmente en la última década. A través de acciones concretas, el país ha contribuido con sus mejores prácticas y sabiduría a este esfuerzo global, afirmó Chao Qingchen, directora del Centro Nacional del Clima. China ha venido acelerando los ajustes de la combinación energética para reducir las emisiones de carbono. En la actualidad, el país cuenta con la mayor capacidad instalada del mundo tanto en energía fotovoltaica como en eólica. El observatorio de Waliguan también ha sido testigo de la transición. En sus inmediaciones se ha construido un parque de generación de energía fotovoltaica a gran escala. Su capacidad instalada de energías limpias, que incluyen energía solar, hidroeléctrica y eólica, ha superado los 53 millones de kilovatios. Además del consumo local, este parque también ha transmitido 50.000 millones de kilovatios-hora de electricidad ecológica al este de China, lo que ha desembocado en una reducción de más de 70 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono al año. “Lo que se está haciendo aquí en Qinghai es profundamente impresionante. Con la energía solar, eólica e hidroeléctrica representando más del 90 por ciento de la capacidad instalada total, esta región se ha convertido en un referente en la política energética de China”, manifestó Christensen. Por su parte, Carmichael sostuvo que “lo que realmente necesitamos hacer es encontrar formas de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, y tenemos que hacerlo con cierta urgencia. Muchos países como China y Estados Unidos, así como las agencias de las Naciones Unidas, están trabajando arduamente para ayudar a los países a alcanzar la neutralidad y el cero de emisiones netas de carbono en las próximas décadas, y por eso debemos trabajar duro para lograrlo”. Fin