LIMA, 20 oct (Xinhua) — En el norte de la costa central de Perú se sitúa el complejo arqueológico Chankillo, considerado por el experto Iván Ghezzi Solís como un “auténtico” observatorio astronómico que llegó a ser “bastante excepcional” para las civilizaciones antiguas. Ghezzi Solís, director del Proyecto Arqueológico Chankillo, conversó con Xinhua sobre las diversas consideraciones que tiene de este espacio, que en 2021 fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Conocido también como el observatorio solar más antiguo de América, con más de 2.300 años de antigüedad, permite ver en su localización en la provincia de Casma en la región de Áncash (oeste), a 365 kilómetros de Lima, un templo circular fortificado, 13 torres y una plaza, construidos con piedra y barro. Sobre las 13 torres, el director del proyecto explicó que “son como las marcas de una regla gigante” que permite “determinar las fechas con gran precisión”, pues “coincide exactamente con el movimiento del sol diario, estacional y anual”. Ghezzi se atrevió a comentar que en el mundo hay únicamente otro observatorio “que más se parece a Chankillo porque también abarca todo el año”, y es el sitio Taosi, correspondiente a la cultura Longshan, en el centro norte chino, datado aproximadamente en 2.500 años antes de Cristo. “Chankillo y Taosi son los dos únicos sitios en el mundo que conocemos, que siendo observatorios abarcan todo el año. Otros observatorios marcan cuatro o cinco fechas, pero Chankillo y Taosi son excepcionales en marcar todo el año a través de estructuras”, continuó. El experto aprovechó para narrar que ha tenido “el honor” de viajar a la ciudad china de Beijing, por invitación del Museo del Palacio de China, también conocido como la Ciudad Prohibida, “para exponer justamente sobre Chankillo y de su camino hacia la declaratoria como patrimonio mundial”. A su juicio, esto ha sido importante porque Perú y China han demostrado una vez más que son “cunas de civilizaciones” humanas, dando “una ventana” para ver cómo es que surge la civilización. Ghezzi Solís era director del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Mnaahp) en el año 2016, cuando se llevó a cabo en esas instalaciones la muestra internacional “Dos culturas unidas por el mismo océano: Exposición de reliquias culturales chinas en el Perú”. En ese contexto, le fue consultado sobre el sentimiento que le generó tener de cerca las 120 piezas arqueológicas chinas que la embajada china en Lima dispuso para esa exhibición, que tuvo una gran acogida del público en general. Respondió que probablemente fue considerada como “la mejor exposición en temas museos del año”, y que para él fue “realmente un honor”, especialmente al enterarse de que “era la primera vez que estas piezas viajaban a Latinoamérica”. Se debe recordar que en esa muestra se exhibieron bienes culturales trabajados en jade, monedas y piezas escultóricas en bronce y cerámica y tres soldados de terracota, entre otras, que constituyen la genuina expresión de la civilización de la antigua China. Iván Ghezzi Solís aprovechó para destacar, en ese sentido, que China demuestra que respeta “la diversidad cultural”, teniendo en cuenta especialmente que existe una “civilización global que comparte valores comunes”. Fin