BRASILIA, 27 dic (Xinhua) — La relación con China, pilar de la expansión de las exportaciones agropecuarias brasileñas en las últimas dos décadas, necesita diversificarse aprovechando nuevas oportunidades, afirmó la directora de Relaciones Internacionales de la Confederación Nacional de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), Sueme Mori, en entrevista con Xinhua. Este 2024, Brasil y China celebraron 50 años de relaciones diplomáticas, lo que impulsó avances significativos en el ámbito comercial y político. Durante el año se concretaron aperturas de mercados, acuerdos de cooperación técnico-científica, contratos de compra de productos y otras iniciativas clave. China se consolidó como el principal destino de las exportaciones del agronegocio brasileño, acumulando un comercio de 47.300 millones de dólares entre enero y noviembre de 2024, con la soya como producto estrella. Este volumen supera ampliamente a otros mercados clave como la Unión Europea (21.700 millones de dólares) y Estados Unidos (10.900 millones de dólares), de acuerdo con el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios. La reciente reunión en Brasilia entre los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Xi Jinping resultó en la firma de 37 acuerdos de cooperación, muchos de ellos con un impacto positivo en el sector agropecuario. Además, Brasil reafirmó su compromiso con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que fortalece la conexión económica y abre nuevas oportunidades de inversión bilateral. “Creo que esta señalización por la Franja y la Ruta es también una manera de estrechar la asociación. Creo que todo lo que se hizo, todo lo que ocurrió en la visita del presidente Xi Jinping aquí fue un reconocimiento a la altura de la importancia del socio. Entonces, estos 37 colectivos confirmados realmente elevan nuestra relación con China a otro nivel”, consideró Mori. Sobre el puerto de Chancay, en el norte de Perú y construido por China, la directiva señaló su potencial para mejorar la competitividad de los productos brasileños mediante la optimización logística. “Nuestra expectativa es positiva. Hemos visitado el puerto y llevado a un grupo de productores para conocer el lugar, y creemos que facilitará el comercio, agilizando la logística y reduciendo costos y tiempos de transporte, especialmente para productos perecederos”, dijo. “Esperamos que esto aumente nuestra competitividad no solo con China, sino con toda Asia. Aunque aún falta infraestructura para llegar hasta allí en algunos tramos, como carreteras, vemos grandes oportunidades”, apuntó. Mori también destacó la importancia de la nueva Ley de Seguridad Alimentaria de China y el Documento Número 1, que priorizan la autosuficiencia en la producción de granos, pero mantienen altos niveles de importación en áreas clave como frutas, carnes y lácteos. “La nueva ley es una gran oportunidad para nosotros. Ahora sabemos con mayor claridad las necesidades de China en cuanto a la importación de alimentos. China está buscando eficiencia y seguridad en sus proveedores y debemos anticiparnos a sus necesidades”, afirmó. “Debemos diversificar y estar atentos a estos movimientos y centrarnos en mantener y ampliar nuestra cooperación con China, no solo en comercio, sino también en asociaciones estratégicas y tecnología”, destacó. Las frutas brasileñas, por ejemplo, tienen un potencial si se resuelven los desafíos logísticos para enviarlas de manera competitiva. “Hay un gran potencial en productos como el café, el sorgo, las frutas, el sésamo y la nuez pecán. El consumo de café en China está creciendo rápidamente, lo que ha llevado a un aumento de las importaciones desde Brasil, que crecieron más de un 200 por ciento en los últimos años. También hemos abierto el mercado para el sorgo y el sésamo, y las uvas también están siendo exportadas”, señaló Mori. La directora subrayó que la relación bilateral debe ir más allá de la simple exportación de productos. “Creo que deberíamos centrarnos más en desarrollar asociaciones estratégicas, en cooperar, en crear proyectos conjuntos con beneficios mutuos, y en estar juntos, por ejemplo, en el extranjero, para abordar intereses comunes. China tiene un gran peso geopolítico. Estamos hablando de comercio, pero también de inversión y tecnología”, apuntó. “Por ejemplo, el esfuerzo de China por aumentar su productividad está basado en tecnología, biotecnología y semillas. El documento destaca constantemente la importancia de la industria de semillas, entre otras cosas, por lo que creo que esta es también una oportunidad para ampliar nuestra cooperación”, resaltó. Fin
