COMAYAGUA, Honduras, 7 dic (Xinhua) — En Comayagua, a metros de invernaderos y plantaciones en las que el olor a tomate cherry y guayaba se impone por sobre otros típicos de la vegetación tropical, se levanta el nuevo edificio de la planta de procesamiento de la escuela técnica del Sistema de Centros de Innovación Tecnológica y Agrícola (SCITA) de Honduras ubicada en la zona. El recinto es la primera escuela agrícola modernizada con apoyo de China en el país centroamericano desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países en marzo de 2023. Su elección no fue fortuita. El valle de Comayagua se distingue por su amplia planicie rodeada de sierras que delinean un paisaje armónico y fértil, donde predominan suelos ricos ideales para la agricultura, una actividad esencial para la economía hondureña, que aporta más del 10 por ciento del producto interno bruto (PIB). Miguel Ángel Franco, subdirector académico del lugar, explicó a Xinhua que el SCITA es un programa gubernamental que funciona desde hace cuatro años y su sede en Comayagua ha graduado ya su segunda promoción recientemente. Este año recibió a 325 estudiantes provenientes de los 18 departamentos del país, y 122 egresaron como bachilleres técnicos agrícolas. La escuela del SCITA en Comayagua se convirtió en la primera del sistema en recibir una planta de procesamiento completamente nueva, construida y equipada con asistencia china. La planta fue inaugurada el pasado septiembre por el Gobierno hondureño, como parte de un proyecto de educación integral que incluye otros cinco centros agrícolas que se construyen con apoyo y asistencia de China. Desde el portón de entrada, el edificio destaca por su amplitud y sus laboratorios climatizados. La nueva infraestructura, según subrayó Franco, permite a los estudiantes procesar lácteos, cárnicos y vegetales, desarrollar mermeladas, tostones y aprovechar la temporada del mango. “Gracias a la planta de procesamiento, los módulos que se imparten ahora cuentan con un espacio adecuado, equipado y con tecnología de punta (…) y se puede establecer ya la marca SCITA en el mercado”, resaltó. Steven Gerard Trejo, estudiante de 18 años que cursa su último año en la escuela del SCITA de Comayagua, dijo a Xinhua que una de las principales limitaciones que tenían antes de la inauguración de la planta de procesamiento era el desecho del producto. “No contábamos con los equipos necesarios (…) teníamos prácticas artesanales. Con la planta procesadora, adquirimos prácticas modernizadas”, explicó, y consideró que el cambio no solo transformó su formación, sino su horizonte profesional. “Esta planta nos ha preparado para el entorno laboral o para hacer nuestra propia microempresa”, aseguró. El director ejecutivo del Instituto Nacional de Estadísticas, Eugenio Sosa, quien es también profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, destacó el valor estratégico de que la cooperación Honduras-China se haya orientado a la educación agrícola. “Sigue siendo la agricultura el sector que genera el mayor empleo a nivel nacional” y es clave para enfrentar los grandes problemas del país, para la seguridad alimentaria interna, recalcó a Xinhua el sociólogo hondureño. Franco también enfatizó que estos dos años de cooperación con China han sido “sumamente beneficiosos” para Honduras y para el SCITA. “Nos sentimos muy orgullosos y agradecidos de que la planta más grande, en relación con el resto de los centros agrícolas, la establecieron acá. Eso genera un compromiso de nuestra parte para honrar esa cooperación”, concluyó. Fin