ESPECIAL: Narrativas falsas sobre Xinjiang cuestan millones de dólares a contribuyentes estadounidenses
URUMQI, 27 ago (Xinhua) — La región autónoma uygur de Xinjiang, noroeste de China, está viviendo otra temporada turística en auge, con atracciones populares como la antigua ciudad de Kashgar y el Gran Bazar de Urumqi, que se llenan de visitantes nacionales y extranjeros. Con una población de 25,8 millones, Xinjiang recibió 265 millones de turistas nacionales y extranjeros en 2023, lo que generó 296.700 millones de yuanes (unos 42.000 millones de dólares estadounidenses) en ingresos por turismo, el doble de lo que gastaron quienes ese mismo año visitaron Hawái (Estados Unidos). El floreciente sector turístico es solo un aspecto del dinámico desarrollo social y económico de Xinjiang, que se expande desafiando la vehemente campaña de difamación que Estados Unidos ha lanzado contra la región china a expensas de los contribuyentes estadounidenses. DÓLARES REALES PARA NARRATIVAS FALSAS En lo que se considera ampliamente una señal reveladora de las maquinaciones de Washington, Lawrence Wilkerson, jefe de gabinete del ex secretario de Estado estadounidense Colin Powell, insinuó en un discurso de 2018 que utilizaría la región autónoma uygur para desestabilizar a China. Para la población de Xinjiang, un plan de ese tipo sería demasiado delirante. Sin embargo, Washington ha doblado su apuesta por Xinjiang en los últimos años con la intención de contener a China. Y, uno de sus primeros complots fue lanzar una campaña frenética de difamación contra Xinjiang. Acusaciones tan infundadas como el trabajo forzado, la opresión de las minorías e incluso el genocidio son solo un hazmerreír. Pero, por motivos obvios para todos, Washington ha seguido derrochando cada año millones de dólares de los contribuyentes en esas narrativas falsas. Por ejemplo, la Fundación Nacional para la Democracia (NED, siglas en inglés), financiada principalmente por el Congreso de Estados Unidos, aporta millones de dólares cada año para apoyar a organizaciones uygures separatistas y contrarias a China. Entre ellas se encuentra el tristemente célebre “Congreso Mundial Uygur”, cuyo líder, Dolkun Isa, se vio envuelto en un escándalo sexual con una estudiante universitaria turco-belga de 22 años y tuvo que dimitir temporalmente a principios de este año. Durante los últimos meses, ha sido visto en Suiza, Bosnia y Herzegovina y Estados Unidos. Y su vestimenta sugiere que no le faltan fondos. Según el sitio web de NED, las subvenciones del entramado a diferentes proyectos de “defensa de los derechos humanos” uygures ascendieron hasta los 2,58 millones de dólares en 2021. La página web que enumera las subvenciones anteriores está “en construcción” y las cifras de 2022 y 2023 no están disponibles. En su sitio web, la NED afirma ser el único financiador institucional de las llamadas organizaciones de defensa de los uygures, habiendo concedido 8.758.300 dólares a grupos uygures entre 2004 y 2020. Pero las máquinas de difundir rumores no son lo único que están pagando los contribuyentes estadounidenses. También están pagando precios más altos sobre muchos bienes debido a las sanciones injustificadas de EE. UU., como las impuestas por la llamada “Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uygur” (UFLPA, en inglés). Por ejemplo, los paneles solares de China son entre un 20 y 40 por ciento más baratos que los estadounidenses. Lamentablemente, EE. UU. bloquea las importaciones de paneles solares fabricados por compañías chinas, lo que no solo genera mayores costos para esos importadores, sino que complica todavía más los esfuerzos del país para alcanzar sus objetivos en materia de energías renovables. Dado que las empresas incluidas en la lista de entidades de la UFLPA participan en una amplia gama de áreas como confección, agricultura, polisilicio, plásticos, productos químicos, baterías y electrodomésticos; es probable que el impacto general sobre los fabricantes y consumidores estadounidenses sea amplio. TRADUCIR LAS DESVENTAJAS EN MOTIVACIONES Además, tampoco hay evidencia de que las sanciones estadounidenses hayan asestado un golpe duro al desarrollo social y económico de Xinjiang. El Producto Interno Bruto (PIB) de la región china registró una tasa de crecimiento del 6,8 por ciento en 2023, el primer año completo de implementación de la UFLPA después de que se promulgara a finales de 2021 y entrara en vigor en junio de 2022. Y la renta disponible per cápita alcanzó los 28.947 yuanes (alrededor de 4.063 dólares), con un aumento interanual del 7 por ciento. Como han mostrado muchos blogueros extranjeros al mundo durante sus viajes a distintos lugares de Xinjiang, la sociedad local es tan próspera como estable y armoniosa. Y los habitantes de Xinjiang, incluidos los uygures y otros grupos étnicos minoritarios, tienen todos una vida mejor. En cuanto a las entidades sancionadas, estas restricciones a las exportaciones han causado dificultades, pero las empresas sobreviven y ninguna de ellas ha quebrado. Sus productos se consumen dentro del vasto mercado interno de China o son exportados a otros países. Perder el mercado estadounidense puede ser algo que lamentar, pero no letal. Por ejemplo, un fabricante de silicio que Xinhua visitó la semana pasada, el cual prefiere permanecer bajo anonimato por temor a nuevas sanciones estadounidenses, se ha esforzado por ampliar las cadenas de producción y mejorar las tecnologías para que sus productos sean más competitivos. No ha despedido a un solo empleado en los últimos dos años y sus ingresos se han mantenido estables. Reflejando la filosofía tradicional china de convertir las desventajas en ventajas, un ejecutivo de esa empresa dijo a Xinhua que la compañía cree que fortalecer sus capacidades es la única manera de sobrevivir y tener éxito en un entorno ferozmente competitivo tras haber sido excluida del mercado estadounidense. De hecho, Xinjiang está avanzando con resiliencia y confianza. Ha anunciado sus objetivos de desarrollo para este año, que incluyen un crecimiento del PIB del 6,5 por ciento, así como un crecimiento del 6,5 y el 7,5 por ciento para la renta disponible per cápita de los residentes urbanos y rurales, respectivamente. Si Washington continúa con su costosa ofensiva de difamación contra Xinjiang, solo resultará en más dólares de los contribuyentes estadounidenses desperdiciados por una causa inútil. Fin