ENTREVISTA: Menor impuesto sobre importaciones paralelo al alza de tarifas no aliviará inflación en Argentina, dice experto
BUENOS AIRES, 30 ago (Xinhua) — La reciente decisión del Gobierno argentino de reducir un impuesto sobre ciertas importaciones podría impulsar el proceso desinflacionario, sin embargo, otras medidas como la quita de subsidios a las tarifas podrían contrarrestar este efecto, según explicó hoy viernes el economista Pablo Bortz. El codirector del Centro de Estudios Económicos del Desarrollo, adscrito a la Universidad Nacional de San Martín, dialogó con Xinhua sobre el eventual impacto de la reducción en 10 puntos, a partir del próximo lunes, del conocido Impuesto PAÍS, un tributo que grava las importaciones de determinados bienes y servicios, compras de divisas y ciertos pagos en el exterior. “Esta baja puede favorecer principalmente al sector del agro que tiene una serie de insumos importados, ayudándolos a mejorar la rentabilidad. De acuerdo a cuánta de su producción requiera insumos importados sin duda abaratará los costos”, comentó Bortz. Sin embargo, el entrevistado no cree que “la baja del Impuesto PAÍS se traslade cien por ciento a los precios, pero sí el aumento de tarifas que vendrá en los próximos meses”. Eventualmente, argumentó, se verá una disminución de precios sobre productos importados, pero el aumento de tarifas como el transporte o los servicios básicos “le pondrán un piso a la inflación”. “No creo que los precios bajen muy significativamente hacia fines de año”, abundó. Por otra parte, el economista se refirió al impacto que tendrá la baja del tributo, que pasará del 17,5 por ciento al 7,5 por ciento, en la recaudación del Gobierno, así como en los objetivos de equilibrio fiscal de la Administración del presidente Javier Milei. “Sin duda va a caer la recaudación, pero el Gobierno planea acompañar esto con reducciones en más subsidios, es decir con la subida de más tarifas. El Gobierno de Milei quiere cumplir la meta fiscal implementando al mismo tiempo una reducción del gasto público y una baja del impuesto, habría que ver si lo consigue”, remarcó. En la versión de Bortz, el dato de 4 por ciento de inflación registrado en julio, que constituyó el más bajo de los últimos 30 meses, respondió a un escenario específico, en ese sentido, consideró que el ritmo de la desaceleración “no es sostenible en el tiempo”. Explicó que esta cifra respondió a una coyuntura de congelamiento de las tarifas y un bajo tipo de cambio que a su vez garantiza la estabilidad de los dólares paralelos, sumado a un aumento de la desocupación. “Estuvo bastante congelado el aumento de las tarifas además del aumento de la desocupación que fue muy fuerte, así como el deterioro de la capacidad de los trabajadores de resistir”, precisó. Asimismo, Bortz consideró que pese a las variaciones salariales de los últimos meses, se ha notado que los ingresos de la población en Argentina aunque acompañan la dinámica de alza de precios han perdido en términos reales. “En estos meses se están viendo algunos aumentos salariales por encima de la inflación, debería haber cierta recuperación del salario real, pero no creo que vaya a ser significativa”, indicó. Subrayó que “en algunos casos, esta situación también le puede poner piso a la inflación (por el lado de la demanda)”. “Hay movimientos de precios de alimentos que también están estancados, yo creo que por unos meses van a perdurar estos niveles inflacionarios”, dijo. El investigador aseguró que la dinámica actual de precios ha llevado a que la población del país liquide sus ahorros para pagar los fuertes compromisos de renta y gastos en pesos, todo lo cual se combina con la caída de los ingresos. “Se evidencia la pobreza, la indigencia y el endeudamiento para pagar servicios básicos y es una situación muy preocupante”, concluyó. Fin