ESPECIAL: Chile busca terminar con crédito universitario para universalidad de educación superior
Por Cristóbal Chávez Bravo SANTIAGO, 16 de oct (Xinhua) — Chile busca terminar con el Crédito con Aval del Estado (CAE), nacido en 2005 y que permitió la universalidad de la educación superior y que según expertos fue mal utilizado por algunas instituciones educativas para profundizar el lucro en la educación, prohibido en el país con recursos estatales. A inicios de este mes, el presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció el Proyecto de Ley de Reorganización y Condonación de Deudas Educativas y Nuevo Financiamiento para la Educación Superior con el fin de reemplazar al CAE. La iniciativa busca condonar parte de las deudas educativas, además de reorganizarlas a través del sistema de Financiamiento de la Educación Superior (FES), un impuesto progresivo que pagarán los estudiantes cuando se incorporen al mercado laboral y que no superará el 8 por ciento de su renta. El ingeniero comercial y doctor en educación, Orlando Robles, explicó a Xinhua que en el programa de Gobierno, Boric se comprometió a la condonación universal de las deudas estudiantiles y, aunque este proyecto es una respuesta parcial, es al mismo tiempo “más sobria y responsable”. “Compromete una estructura de cofinanciamiento estatal para incentivar el ingreso y permanencia de estudiantes en el sistema de educación superior en Chile”, afirmó el académico de la Universidad de La Serena de Chile. Robles profundizó que parte de la recaudación tributaria estará basada en los mismos estudiantes titulados que estén percibiendo rentas, al detallar además que el CAE nació porque se necesitaba financiar a los estudiantes. “El Estado no cuenta con los recursos suficientes, se recurre a un financista, la banca, y se espera que los deudores asuman la responsabilidad del pago a medida que prosperan económicamente”, dijo. Sin embargo, dijo que “los estudiantes enfrentan diversas realidades. No siempre finalizan sus carreras, no siempre acceden a rentas suficientes para cubrir sus gastos y deudas, y en algunos casos evaden sus responsabilidades financieras”. En tanto, el académico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Talca, Nibaldo Benavides, expresó que si bien el CAE no fue concebido como la profundización del lucro en la educación; sin embargo, “hay ejemplos que sobran de que hay algunas instituciones de educación superior que lamentablemente lo han utilizado como eso”. Benavides resaltó que de transformarse en ley, el FES sería un aporte “muy significativo” a las familias. “El FES es un impuesto solidario, eso hay que entenderlo porque permite devolver recursos después que terminen de estudiar, a través de las rentas que uno pueda tener”, aseveró. A su vez, el director del Departamento de Educación de la Universidad de La Serena, Héctor Bugueño, complementó que el CAE incrementó la cobertura del acceso a la educación superior, especialmente para familias con menos recursos; “sin embargo, también ha significado una enorme presión para las familias”. “Aproximadamente, el 30 por ciento de los titulados no obtiene trabajo en lo que se formó, muchos de ellos desempleados o con remuneraciones inferiores al sueldo mínimo. En consecuencia, en muchos casos el sueño de movilidad social y la promesa de un futuro más próspero no se cumplió en absoluto”, reflexionó. Para el académico, el CAE es “la continuación de un modelo centrado en la demanda, por lo tanto, el instrumento es el ‘boucher’ (vale), símbolo de un modelo de mercado, pero que aplicado a la educación parece no recomendable”. El CAE fue creado en 2005 e inicialmente cobraba un 6 por ciento de tasa de interés, superior a los créditos comerciales, pero fue reducido a 2 por ciento luego de movilizaciones estudiantiles. A la fecha, suma más de 1,2 millones de deudores y el Estado de Chile ha tenido que desembolsar sobre 9.000 millones de dólares para poder financiarlo. Fin