Líderes de China y Perú inauguran nuevo megapuerto que impulsa vínculos comerciales en América Latina

LIMA, 15 nov (Xinhua) — El presidente de China, Xi Jinping, de visita en Perú, inauguró el jueves junto con su homóloga peruana, Dina Boluarte, un megapuerto, lo que constituye un hito en la cooperación entre China y Perú en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Como un proyecto emblemático de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el puerto de Chancay mejorará la eficiencia comercial entre Perú y Asia, reduciendo el tiempo de envío a China a 23 días y los costos logísticos en al menos 20 por ciento. Situado aproximadamente a 80 kilómetros al norte de la capital Lima, en la costa del Pacífico y conectado directamente a la Carretera Panamericana, una red de carreteras que se extiende a través del continente americano, el puerto de aguas profundas también está preparado para convertirse en un centro logístico fundamental entre América Latina y Asia. NUEVAS OPORTUNIDADES COMERCIALES PARA AMÉRICA LATINA Para el ministro de Transportes y Comunicaciones de Perú, Raúl Pérez-Reyes, la visión para Perú es ambiciosa: “convertirse en el Singapur de América Latina”. Localizado en el centro de la costa del Pacífico de América del Sur, Perú ha servido durante mucho tiempo como puente para el comercio a través del Pacífico, uniendo a América del Sur con Asia, en particular con China. Perú, que ha logrado posicionar a su puerto del Callao entre los más importantes de la región, ahora considera al puerto de Chancay como una adición transformadora que mejorará su posición como centro mundial de comercio. Con una profundidad de calado de entre 16 y 18 metros, se espera que el nuevo puerto gestione más de un millón de TEU al año. El TEU, o unidad equivalente a veinte pies, es una unidad general de capacidad de carga, basada en el volumen de un contenedor de tamaño estándar de 20 pies de largo (6,1 metros). Se espera que el impacto en la eficiencia comercial sea profundo. Con el puerto de Chancay, “tendremos rutas directas a Asia, en especial a China, lo que reducirá los tiempos de envío en 10, 15 o incluso 20 días, dependiendo de la ruta”, dijo Pérez-Reyes recientemente a los periodistas en Chancay. En la actualidad, el envío entre Perú y Asia puede demorar hasta 40 días. Esto es particularmente importante para Perú como país exportador de productos agrícolas. “Por ejemplo, el mango peruano solía tardar 34 días para llegar a China, y para ese entonces ya estaba muy maduro”, explicó a Xinhua el ministro peruano de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manuel Manero. “Los tiempos de envío más cortos ayudarán a mantener su frescura”, indicó. Funcionarios y expertos peruanos ven al puerto de Chancay como un paso hacia la redefinición del papel de América del Sur en el comercio mundial, facilitando a Perú y a los países vecinos la exportación de productos a través del Pacífico. Este nuevo puerto incentivará el comercio entre Perú, Chile, Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos con países asiáticos, incluida China, afirmó el presidente del Congreso de Perú, Eduardo Salhuana, y agregó que promete crecimiento económico para las industrias agrícola, minera y manufacturera de América Latina. El Gobierno brasileño ya ha mostrado un gran interés en el puerto de Chancay por considerarlo un enlace vital con los mercados asiáticos. En una reunión celebrada en marzo con funcionarios peruanos, João Villaverde, secretario de Articulación Institucional del Ministerio de Planificación y Presupuesto de Brasil, destacó la importancia del puerto. “A medida que nos acercamos más al Pacífico (a través del puerto de Chancay), también nos acercamos a Asia y, en particular, a China”, comentó Villaverde. Desde 2009, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil, y los datos del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China muestran que Brasil seguía siendo la mayor fuente de importaciones agrícolas de China en 2023. “Pero Brasil tiene que recorrer todo el camino y cruzar el Atlántico”, señaló Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú. A través del puerto de Chancay, los países latinoamericanos, entre ellos Perú y Brasil, podrán vender más productos a China, agregó Aquino. ENCONTRANDO UN SOCIO IGUALITARIO EN CHINA En español, Chancay y Shanghai tienen una pronunciación similar. Con el avance del proyecto del puerto de Chancay en los últimos años, medios de comunicación locales han adoptado la frase “de Chancay a Shanghai” para plasmar la visión de un nuevo corredor terrestre-marítimo que enlazará a América Latina con China. En la ceremonia de inauguración del puerto de Chancay a través de un videoenlace con su homóloga peruana, Xi señaló que esta conexión significa más que simplemente la consolidación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Perú. Desde Chancay hasta Shanghai, estamos presenciando el nacimiento de un nuevo corredor tierra-mar entre Asia y América Latina, expresó Xi. El puerto de Chancay consolidará fuertemente la posición de Perú como puerta de entrada que conecta la tierra y el mar, Asia y América Latina, afirmó Xi. Xi instó a ambas partes a adherirse a los principios de consulta amplia, contribución conjunta y beneficios compartidos, y empoderar a las economías de la cuenca del Pacífico, incluyendo a China y Perú, en la búsqueda del desarrollo común. La presidenta peruana Boluarte dijo en la ceremonia inaugural que este proyecto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta entre Perú y China representa un paso crucial hacia el objetivo de Perú de convertirse en un centro internacional de transporte y comercio. Ayudará a Perú a establecerse como una puerta de entrada crucial que conecte a América Latina y Asia, al mismo tiempo que fomenta la integración y la prosperidad en toda América Latina, afirmó la mandataria. Las proyecciones indican que el puerto de Chancay generará 4.500 millones de dólares en ingresos anuales para Perú y creará más de 8.000 empleos directos. Jorge Chain, gerente general de la Cámara de Comercio Perú-China, dijo que durante mucho tiempo China ha sido el principal socio comercial de Perú, y describió al proyecto del puerto de Chancay como un excelente ejemplo de la “cooperación beneficiosa y mutuamente provechosa”. Si bien las inversiones chinas en América Latina en gran medida han sido bien recibidas por los gobiernos y las comunidades locales, Occidente las ha desacreditado frecuentemente al tacharlas de “neocoloniales” y el proyecto del puerto de Chancay no es una excepción. “El proyecto (del puerto de Chancay) fue ofrecido a muchos países occidentales, incluido Estados Unidos”, dijo Juan Carlos Capunay, exembajador peruano en China. “Si a ellos les preocupa la llamada influencia china, la respuesta es sencilla: inviertan en América Latina. Pero no invierten”, dijo Capunay, quien comentó que América Latina no puede esperar indefinidamente a que Occidente decida involucrarse económicamente. “Necesitamos desarrollarnos y China está abierta a trabajar con nosotros”, dijo. Al describir a Perú como “uno de los principales defensores entusiastas de la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, Capunay dijo que China no impone condiciones ni sistemas políticos a sus socios. “Cada país elige sus propias prioridades. Es por eso que tantos países se sienten cómodos con la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, afirmó. Capunay contrastó esto con las inversiones occidentales, que, sostuvo, son dictadas por los términos establecidos por Occidente. “Ellos (Occidente) deciden cuándo, cómo y dónde invertir, y establecen las prioridades. No es una relación de igualdad”, afirmó. Sin embargo, con China “sí existe una relación de igualdad. Por eso hay cada vez más personas interesadas en hacer negocios con China”. Fin

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