Brasil se destaca mundialmente con uso de biofertilizantes y biodefensivos en agricultura
RÍO DE JANEIRO, 25 nov (Xinhua) — Brasil se destaca a nivel mundial como el país que más utiliza técnicas no tóxicas de producción agrícola, una posición de liderazgo que se debe principalmente a la agricultura familiar y que la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) resaltó durante la reciente COP 29, celebrada en Bakú (Azerbaiyán). Agrotóxicos y fertilizantes químicos son motivo de preocupación y críticas por parte de ambientalistas e investigadores debido a su potencial destructivo para el medio ambiente y la salud de las personas. Los efectos negativos se extienden a los cauces de agua y acuíferos subterráneos. Según una reciente investigación destacada por la Embrapa, el 64 por ciento de los productores brasileños utilizaron biofertilizantes y el 61 por ciento emplearon biopesticidas en 2024. Estas tasas muestran un crecimiento en comparación con los datos de 2022. Durante la COP29, Embrapa presentó investigaciones y soluciones tecnológicas disponibles para agricultores brasileños, como bioinsumos, sistemas ILPF (integración de cultivos, ganadería y silvicultura), fijación biológica de nitrógeno (FBN), plantación directa (PD), sistemas agroforestales (SAF), programas de recuperación de pastos degradados y agricultura de bajo carbono (ABC). Brasil es uno de los mayores usuarios de bioinsumos a nivel mundial, incluyendo bioestimulantes, biofertilizantes y biocontroladores. Según datos de McKinsey del año 2023), el 77 por ciento de las propiedades rurales brasileñas pertenecen a la agricultura familiar, el 55 por ciento utiliza algún tipo de control biológico, el 29 por ciento ha adoptado sistemas integrados de producción, y el 83 por ciento emplea plantación directa. La nueva revolución verde impulsa la agricultura basada en biología como alternativa a los fertilizantes derivados del petróleo, utilizando recursos naturales y microorganismos. Embrapa cuenta con más de seis unidades de investigación en este campo y un banco con más de 30,000 microorganismos como base para el desarrollo de bioinsumos. El sistema ILPF es otro punto destacado. “El ILPF cambió el paradigma de la producción. Demostramos que en regiones tropicales es posible producir alimentos y biocombustibles en diferentes cosechas. Este es nuestro diferencial frente a países de clima templado, ya que podemos tener tres cosechas al año”, señaló Ana Euler, directora de Innovación, Negocios y Transferencia de Tecnología (DINT) de Embrapa Agricultura. Fin