ESPECIAL: Precios, salarios y balanza turística, claves del debate sobre atraso cambiario en Argentina, aseguran economistas
BUENOS AIRES, 16 feb (Xinhua) — En medio del debate sobre un posible tipo de cambio apreciado en Argentina, economistas aseguran que el país enfrenta un atraso cambiario que afecta diversos sectores productivos y genera preocupaciones sobre la competitividad de la economía. El presidente Javier Milei y su equipo económico han rechazado por su parte la idea de que exista un atraso cambiario y han descartado una devaluación del peso como parte de la estrategia económica, la cual tiene su enfoque en el ancla fiscal y en la contracción monetaria. “Bajo el actual modelo no hay déficit fiscal, por lo que por ello no es necesario emitir para financiar al tesoro. La inflación es decreciente, la brecha está en mínimos históricos y las reservas han aumentado”, sostuvo de manera reciente el mandatario argentino, así que por ende, “bajo este análisis no hay atraso cambiario”. Analistas como Ricardo Delgado, presidente de la firma de consultoría Analytica, destacan que existen diversos indicadores que permiten determinar si una moneda está apreciada. En su opinión, más allá de los análisis del tipo de cambio real, es fundamental considerar factores de tipo microeconómico como el comportamiento del turismo y el peso que los salarios comienzan a tener en los costos de producción de las empresas. “El turismo emisivo, es decir, los viajes de argentinos al exterior, ha superado al turismo receptivo, el de los extranjeros en Argentina”, detalló Delgado en diálogo con Xinhua. El entrevistado sostuvo que en diciembre de 2024, por ejemplo, “se registró un déficit muy significativo en el saldo de la cuenta de turismo, ya que los argentinos gastaron más fuera del país que los turistas extranjeros en Argentina”. Otro de los factores que el economista señaló se refiere a los precios de los productos de consumo básico en comparación con otros mercados internacionales, pues “en varios rubros alimenticios, los precios en Argentina han subido en dólares”. Desde el punto de vista histórico, Delgado comentó que aunque es cierto que hoy en día el tipo de cambio no está en los niveles de la convertibilidad de 2001, “está sensiblemente por debajo del comienzo de la década del 2000”. “Incluso está por debajo del momento de atraso cambiario más significativo del Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019)”, dijo. En el ámbito productivo, el experto señaló que en la actualidad existe en Argentina una preocupación creciente por el costo de los salarios, que en algunos sectores productivos comienza a ser más relevante en la estructura de costos. “En algunas industrias, el salario ya dejó de ser un gasto menor y se empieza a considerar seriamente, sobre todo en aquellos sectores que compiten globalmente o en la región”, observó. “Todos esos elementos llevan a pensar que hay como mínimo alguna preocupación vinculada al valor del peso con relación al dólar”, comentó Delgado, “sobre todo al tener en cuenta la devaluación que ha tenido, por ejemplo, la moneda brasileña en este último año, siendo que Brasil es el principal socio comercial de Argentina y el principal destino de las exportaciones industriales”, comentó. Para el reconocido economista, Roberto Cachanosky, autor de los libros “Economía para todos” y “El síndrome argentino”, el presidente Milei y su equipo económico usan el tipo de cambio como “ancla” para contener la inflación y llegar a las elecciones legislativas de este año con indicadores positivos. Para Cachanosky, la persistencia de las restricciones cambiarias conocidas como “cepo”, genera problemas de atraso cambiario, falta de inversiones y falta de crecimiento económico. “Yo no sé si el miedo a salir del ‘cepo’ no genera una enfermedad peor, que es el aumento del cierre de empresas, la desocupación. De manera que yo creo es mejor que salgan (de las restricciones) lo antes posible”, indicó el experto citado por el diario local “Perfil”. Un posible levantamiento del control de cambios, que el propio Milei ha dicho se concretaría a inicios de 2026, plantea desafíos adicionales para la economía argentina, ya que según analistas podría haber una corrida cambiaria. Frente a los desafíos actuales y en un contexto de vigencia del “cepo”, así como de un tipo de cambio que algunos consideran apreciado, Delgado sostuvo que una devaluación no sería la solución a los problemas estructurales de Argentina. Aseguró en esa línea que el país sudamericano necesita mejorar su productividad, reducir impuestos y de esa manera volverse más competitivo, pues “la devaluación por sí sola no resuelve nada”. “Ha habido un esfuerzo muy importante por mejorar lo fiscal desde el lado del gasto público y eso es saludable, pero ahora yo creo que el Gobierno tiene un gran desafío, que es el de arrancar con un proceso gradual, pero persistente, de reducción de carga tributaria a las empresas en particular”, concluyó. Fin